De cómo nos vemos cuando nos vamos y también cuando volvemos. Los que se quedaron dicen que somos los mismos pero no, estamos cambiados... Y ellos también. Reflexiones de una chica que volvió a su terruño pero que, sin embargo, sigue en tránsito perpetuo. En este espacio todo vale, menos quedarse quieto…

jueves, 29 de julio de 2010

El oso habla



"Cuando de mañana se lavan la cara, les acaracio las mejillas, les lamo la nariz y me voy, vagamente seguro de haber hecho bien"..- Discurso del oso, Julio Cortázar.

El porqué de este post está en http://blogs.yucatan.com.mx/ceciliagarcia , un nuevo blog que escribo en el Diario de Yucatán (http://www.yucatan.com.mx), donde trabajé cuando vivía en México. Tiene que ver con la visita a la Feria del Libro Infantil y Juvenil que hicimos en familia el domingo pasado y que, por distintas razones, nos encantó a los tres: a Ale, a Julia y a mi.
En este espacio, que siento íntimo y tibio, oscuro y de remembranzas, pego el Discurso del oso recitado por Julio Cortázar.
Instrucciones para escucharlo:
1- Cerrar los ojos.
2- Poner la cabeza en blanco.
3- Encerrar al vuelo un instante de nuestra niñez -lindo o feo- no importa, siempre y cuando podamos atraparlo aunque sea por un rato.
4- Ponerse, si es posible, en el lugar de oso.
5- Guardarse en el corazón la última sensación cuando el relato acaba.
Si todo sale bien y se cumplen los pasos al pie de la letra, usted se sentirá, por un ratito, como un verdadero cronopio.

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