De cómo nos vemos cuando nos vamos y también cuando volvemos. Los que se quedaron dicen que somos los mismos pero no, estamos cambiados... Y ellos también. Reflexiones de una chica que volvió a su terruño pero que, sin embargo, sigue en tránsito perpetuo. En este espacio todo vale, menos quedarse quieto…

viernes, 11 de junio de 2010

Embrujados

“¿Qué nos pasa a los argentinos? Estamos locos, locos…”
Reflexiones de Marcelo (Fabio Alberti) en “Todo por dos pesos”.


Hoy, como todos los días, llamé por teléfono a casa a las 11 a.m.
A esa hora, mi hija corre desesperada a levantar el auricular para atenderme y siempre mantenemos una maravillosa charla matutina. Pero hoy fue la excepción.
-Hola mi vida, ¿Cómo estás?
-Bien pero no puedo hablarte… Estoy mirando el partido con papi. Chau.
Y me cortó.
A las 12:40 llamé a casa nuevamente luego del gol que el mexicano Rafa Márquez le hizo a los sudafricanos y mi marido –paisano de Márquez y hasta hoy un tipo antimundialista total- me atendió de la siguiente forma:
-“GOL DE MAAAAARQUEEEEZZZZZ”, No lo puedo creer, qué maravilla, estaban jugando mal y Márquez hizo el gol, blablablabla…”
De golpe y porrazo caí en la cuenta de mi regreso. Después de dos mundiales tibios en México, volví a la vorágine futbolera argentina de cada Copa del Mundo, al seudo nacionalismo, a la cotidianeidad falsa del triunfo y la derrota. Y mi marido y mi hija mexicanos no son la excepción a la regla, ellos también están contagiados por el embrujo.
Como ocurre en mi país cada cuatro años, la burbuja mundialista se formó y se cerró. Y estamos todos adentro, hasta los más parias. Nos esperan días y semanas de fútbol del más variado. Es como que, de golpe, los argentinos nos sentimos llenos, más vivaces, con un humor renovado…
Y no lo digo yo nomás, los dicen los estudiosos.
José Garriga es sociólogo y docente de la Universidad de Buenos Aires. Respeto del efecto que ocasiona el mundial en los argentinos, opina: "Se genera un efecto por el cual once varones interpelan a todo el país y hay una idea de que eso soy yo, que si ellos ganan, gano yo”.
Eduardo Fidanza, director de la consultora Poliarquía, no se queda atrás: "Cada cuatro años se advierte una distensión para relajarse de las normas férreas del trabajo y de las responsabilidades. Hay como un permiso tácito donde cambian las prioridades".
Por otro lado, Fidanza también advierte un despertar del sentimiento nacional. “Se provoca un psicodrama similar al que ocurre durante una guerra, o cuando el país gana un premio en el exterior. Es un momento en que se desata ese nacionalismo latente y se borran los sentimientos contradictorios con el país".
Psicólogos, sociólogos y consultores coinciden también en que el clima del mundial puede tener una efectiva función de desahogo. "Aliviamos la angustia momentáneamente mientras miramos el partido y nos olvidamos de las miserias externas y de los dramas internos", dice el psicólogo Ricardo Rubinstein. "Se genera un efecto contagio que mejora el estado de ánimo general", agrega la psicóloga social Ana Quiroga.
¿Pero qué pasa mientras tanto? A la burbuja no la rompe ni el pelotazo más fabuloso, ni el grito de gol al unísono de 30 y pico millones de argentinos. Y mientras todos navegamos en la realidad paralela mundialista, el país sigue su rumbo, los políticos tomarán nuevas decisiones, la economía irá para atrás o para adelante (…o para el costado), se aprobarán o no tales leyes, se suspenderán exámenes, Cerati seguirá o no en terapia intensiva, y pasarán muchísimas cosas más que nadie detendrá…Ojalá que toda esta emoción que nos sacude el alma, no nos deje ciegos, sordos y mudos.

5 comentarios:

  1. Aquí en México es el mismo sentimiento del que hablan los sociólogos que citas. Creo que no se puede evitar, porque los once que estan en la cancha visten los colores de tu país. Y sí, si ellos ganan, nosotros también!
    Celebro que Ale por fin se haya animado a disfrutar de la fiebre mundialista, a lo mejor tiene que ver el que esté lejos del terruño. Julianita pinta para ser toda una hincha mexicana, aunque me imagino que lo será también de Argentina, claro.
    Saludos!

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  2. El clima mundialero esta bueno..

    y es verdad.. la gente anda mas feliz o mas triste.. dependiendo del resultado!!


    Muy bueno Ce..

    Agus

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  3. Bueno
    parece que la única que trabaja ahora por allá eres tú
    ja ja ja
    Saludos. A ver cuando te nos juntas en DY. Ya sabes. Saludos a los frijols, al chico y al grande

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  4. La verdad es que da un poco de vértigo. Un buen poco.

    Que la alienación no se sume a las otras alienaciones: la del dinero, la del estatus, la del consumo, la de la religión.

    Que el chovinismo sea transitorio. Y que un día podamos ver lo que hay que ver.

    (por ejemplo, el lavado de imagen que hacen las marcas deportivas en los mundiales, después de sus políticas inmorales de seudoesclavitud en China)

    Que un día nos demos cuenta de todos los goles que nos pasen mientras nos intoxicamos de partidos.

    Abrazote cronopio.

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  5. En mitad de un partido de fútbol allá por 1991 y debo manifestar que no estaba la patria de por medio, sino algo mas fuerte el honor , el carnalaje, la santa grey brother, juar, El Gordo motoneta, si, mi queso querido, el Stain,(como yo) mejor conocido como el gran Chebolla, estaba probando con su maravillosa y nueva cámara fotográfica Pentax K2 semiautomática haciendo un ejercicio de campo, así le dicen los estudiantes universitarios como él en ese entonces a francotirar cargas de 36 exposiciones cada una a una bola de mensos vestidos extrañamente igual, nuestro equipo, y bueno para no alargar, se lesiono el defensa central y ya no teníamos mas cambios, ni banca por cierto, y al hacer el paneo hacia las gradas, zaz, nuestro Frnak kapra, el Francis Bacón, no pues a jugar por el honor de la banda, y el de puro cariño acepto y que se acerca a mi con mucho entusiasmo y con algo de preocupación me dice: Queso¡ y como se juega esta madre¡¡, le regrese el concepto que el mismo vertía en relación a nuestras incipientes charlas de fútbol y que sirvió para emprender el final de esta batalla por la gloria y el orgullo de la fraternidad lo parafraseé: son once pendejos contra otros once, tu tiras para allá en ese arco y nosotros somos los de rojo, al final ganamos, al queso no le gusto haberse separado de su cámara fotográfica. Y ahora Cecilia me sorprendes con tu hermoso relato, el Queso ya ve mundiales?, ahh no bueno, todos los medios y el fin que haz utilizado están precisamente justificados…… un abrazo del Abuelo

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