De cómo nos vemos cuando nos vamos y también cuando volvemos. Los que se quedaron dicen que somos los mismos pero no, estamos cambiados... Y ellos también. Reflexiones de una chica que volvió a su terruño pero que, sin embargo, sigue en tránsito perpetuo. En este espacio todo vale, menos quedarse quieto…

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Bayote beatificado

Toma I
Las primeras luces del día se filtran por una persiana. La mano de un hombre de alrededor de 50 años sale de entre las sábanas, toma una Blackberry de arriba de la mesa de luz. Close up a la pantalla: “Traigan al mexicano”, escribe en el mensaje de texto.

Toma II
En otra habitación, más pequeña, un celular suena. Otro hombre, más joven, se incorpora en la cama, agarra el teléfono móvil y lee el mensaje. Close up a “Traigan al mexicano”. Se muestra preocupado, se pasa la mano por el pelo, mira su reloj.
Entonces suena desde el principio el tema de Alabama 3:
“You woke up this morning
Got yourself a gun,
Your mama always said you'd be
The Chosen One”

El hombre sale de la cama, se viste rápidamente y abandona la habitación dando un portazo. Fin del tema musical.

Toma III
En otra habitación, tapado íntegramente con una frazadita azul, duerme otro hombre (el tercero), de aproximadamente 40 años. Close up al pedazo de nariz y boca que se dejan ver entre la frazada. Respira. Suena su celular. Una, dos, tres, cinco veces. Pasan unos segundos. Vuelve a sonar una, dos, tres…
La mano temblorosa del tercer hombre sale con miedo de abajo de la frazada azul y tantea el piso donde está el celular. Lo levanta, presiona la tecla verde y pregunta, sin abrir los ojos:
-“¿Bueno?”
Se escucha la voz en off del interlocutor:
-Hola Ale, soy Edu. Conseguí entradas para hoy, en la Bombonera ¿Venís?Close up a la sonrisa del hombre de la frazada azul quien, se incorpora en la cama y de un salto se pone de pie.
-¡A huevo, coño!- grita el tercer hombre en muestra de consentimiento. Está en pijamas y con un ataque de euforia.
Suena el estribillo de Alabama 3:
“Woke up this morning
Got a blue moon in your eyes”


No, no se equivoquen. Esto no es una película, ni un caso de la “Cosa Nostra” porteña. Tampoco hace referencia al tráfico de efedrina, ni mucho menos evoca un narcocorrido. Esto es simple y llanamente la vida real.
El hombre que envió el mensaje de texto es un dirigente del club de fútbol San Lorenzo de Almagro (CASLA). El que lo recibió es un periodista e hincha fervoroso azulgrana, y el que fue invitado a la cancha el sábado 5 pasado para ver el clásico San Lorenzo-Boca es ni más ni menos que Alejo Bayote. Sí, el yucateco que desde hace cuatro años deja pulular su alma por Buenos Aires, Argentina.
¿Y por qué tanto misterio? Es que la invitación a la cancha que el periodista le hizo a Bayote tuvo dobles intenciones. Por un lado, le permitiría al yucateco vivir por segunda vez un clásico cuervo, su club de fútbol del corazón desde hace meses (la anterior fue un triunfal San Lorenzo-Huracán. Para más detalles leer Hermanos cuervos)
Pero por otro lado, con el mensaje:“Traigan al mexicano”, el dirigente del club azulgrana (no será nombrado bajo su expreso pedido) solicitó la presencia del extranjero para que cambiara un poco la suerte del equipo, que venía para abajo en el Torneo Apertura 2010 y ya no sabían qué hacer para que el triunfo tocara la puerta.
El hincha argentino puede elucubrar las más diversas artimañas para ver ganar a su equipo. Como decía Maquiavelo: “El fin justifica los medios”, y si del mexicano dependía que los cuervos tuvieran alegría en el corazón, la obtendrían “a como diera lugar”.
-Mirá, si cuando el mexicano fue le ganamos al Globo, sería conveniente que lo llevaras de nuevo ahora. Esto es un clásico y, además, en la bombonera- Le había “cuasi” ordenado el dirigente al hincha periodista, una semana antes, en una charla de café.
Y aunque el reportero aprecia mucho a Bayote, el club de su alma va primero. Así qué, en menos que canta un gallo, consiguió entradas para la "popu" más alta desde donde, según contó luego Bayote, casi podía tocar el cielo, contenido por un paravalancha y miles de almas que festejaron con él el 2-1 que le hicieron a los bosteros.
Y así el mito del yucateco tomó fuerza. Esa tarde, cuando salieron de la cancha, más de un hincha se le acercó y lo saludó con gratitud. Otros lo miraban con respeto profundo, algunos le tocaron las manos y unos pocos -más desinhibidos- se le tiraron a los brazos para que Bayote los envolviera con su aura de santidad y buenos deseos. En su ingenuidad, el yucateco no entendía nada.
Cuando regresaban en auto, el celular del periodista volvió el sonar. “Te dije, el mexicano trae suerte”, le había escrito el dirigente. Otros mensajes llegaron con misivas similares. Y Bayote al margen de todo, feliz en su beatitud, saboreaba todavía un choripan que se había comprado a la salida de la Bombonera. El periodista lo miró por el espejo retrovisor y suspiró, enternecido. Sentado allí, con el chori en una mano, la Coca Cola en la otra y las mejillas arreboladas, Bayote tenía cara de Santo Niño de Atocha.
Para el encuentro siguiente contra Vélez Sárfield, el sábado 11 pasado, el partido quedó 0-0. Alejo, claro, estuvo ausente. Y aunque él no lo sepa, los azulgranas ya traman nuevas formas de obtener la presencia del yucateco entre las gradas azules y coloradas.
Eso sí, a cualquier precio.

2 comentarios:

  1. Con Alejo ya ganamos.. de cualquier forma los sanlorencistas! porque:
    TENEMOS UN HINCHA MAS!!
    y quieras o no.. vos, coquito y Martin.. en algun momento, lo seran tambien!

    Que grande ceci!! siempre haciendo que mi imaginacion vuele con lo que leo! :)

    Agus

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  2. Me gustó hasta "el ahuevo coño". Ya lo demás senti que no soy lector al que está destinado. Pero eres muy buena escribiendo. Saludos y hace rato que no te veo en face

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