De cómo nos vemos cuando nos vamos y también cuando volvemos. Los que se quedaron dicen que somos los mismos pero no, estamos cambiados... Y ellos también. Reflexiones de una chica que volvió a su terruño pero que, sin embargo, sigue en tránsito perpetuo. En este espacio todo vale, menos quedarse quieto…

martes, 18 de mayo de 2010

Ocho de cien

Diez relatos, cortitos y al pie, de 100 palabras cada uno.

Nocturno a mi barrio
“Alguien dijo una vez
que yo me fui de mi barrio.
¿Cuándo?...¿ Pero cuándo?
si siempre estoy llegando”

Aníbal “Pichuco” Troilo armó una maleta llena de recuerdos, anécdotas, tristezas, amores, notas musicales y su bandoneón preferido y se fue volando para siempre. Alguien lo había escuchado decir: “Tengo unas ganas de morirme que ya no doy más”, y se murió nomás. Hoy, hace 35 años, nacía “El gordo inmortal”.
“Y si una vez me olvidé,
las estrellas de la esquina
de la casa de mi vieja,
titilando como si fueran manos amigas
me dijeron: Gordo…Gordo,
quedate aquí… quedate aquí”.


Mamá sucia
En la esquina de las avenidas Los Incas y Triunvirato hay una mamá joven, con panza divina y en punta. Se la ve tan bien, rozagante como una manzana de Ray Bradbury, dorada y al sol. Está parada y espera la luz verde del semáforo para cruzar la calle. Escucha música en su MP3/4. Despreocupada, saca un caramelo de la cartera de cuero curtido que le cruza la panza, le quita el papel y lo tira al piso, como si nada. A su lado un cesto de basura se mata de risa. Mamá sucia, ¿Qué aprenderá tu nené argentinit@?

Boletos y besos
Los días del boletero del 87 transcurren indolentes. Tiene una mirada triste y, aunque es joven, siempre lleva la misma sonrisa gastada. Sin embargo, a eso de las 15:30 horas, al morocho se le transforma la cara porque una rubia bajita y retacona sale del subte y se para en la cola del 87 para comprarle un boleto de $1,20. Y a él se le transforma la mirada y la sonrisa. Todo pasa en menos de un minuto. Ella se despide siempre con un “Hasta mañana”, y él se queda con la boca llena de besos para poblarle el escote.

Fuma, habla, come y se apunta
En la puerta del Banco Francés de San Telmo, un hombre de 50 y pico se apuntaba el cuello y el pecho con un 38 ¿Por qué? Su situación financiera era caótica, su ex mujer lo había echado de la casa, no tenía trabajo y necesitaba dinero para tratamientos médicos. Pasaron cuatro horas en las cuales José se apuntaba, comía caramelos, hablaba por celular y fumaba, todo junto. Funcionarios de Macri le prometieron soluciones de trabajo y salud. Entre cámaras, micrófonos y flashes, José entregó el arma y partió en ambulancia rumbo a lo desconocido. Nunca más supimos de él.

Mocosa Chanel
La Chica Chanel le cuenta –angustiada- a alguien por su Blackberry que el auto no arrancó y tuvo que tomar el subte. Tiene una cartera blanca di-vi-na con el logo de Chanel y unas sandalias haciendo juego. Huele al inconfundible Número 5. Muy lindo todo pero la chica fanática de Coco –tan fina ella- se olvidó los pañuelitos en la guantera del auto y por más que busca y busca en la cartera, no aparecen. Así que habla, aspira sin cesar moco y más moco; vuelve a hablar y vuelve a aspirar haciendo un ruido inmundo. Ojalá se baje pronto.


Enterrador enamorado
Todos los días compraba el diario y me lanzaba a la sección policial para ver si había novedades sobre el chino prófugo, pero ná de ná. El “Señor Hu” había asesinado a un par de coterráneos que trabajaban de esclavos en un taller textil que él dirigía, en un barrio del Gran Buenos Aires. Los había enterrado vivos. Esa mañana el matutino me contó: “El hombre fue apresado en la vía pública por personal de la Policía Federal en la provincia norteña. Se le reconoció porque en el brazo izquierdo tenía tatuado un tigre y la frase: “Rosa te amo”.

Mirada de Bernardo Gui
Hombre que fuma habano, que esconde rasgos detrás de barba poblada. Hombre de ojos profundos, viejos, que han vivido mucho, que ocultan cosas y que temen poco y nada.
Y sí, hay miradas que matan. Y hay muchos políticos que las llevan puestas. El viernes pasado Diego Fernández de Cevallos, mexicano de larga trayectoria del PAN y ex candidato presidencial, fue secuestrado en Querétaro. Hasta el día de hoy nada se sabe de él. Muchos lo dan por muerto.
Me pregunto qué vio el secuestrador o asesino cuando se cruzó por primera vez con los ojos de “El Jefe” Diego.

Adaptation
“Brainstorming” inconcluso de Charlie Kaufman en “Adaptation”: "Hay alguna idea original en mi cabeza, en mi cabeza calva. Tal vez, si fuera más feliz, no se me caería el pelo. La vida son dos días. Necesito vivirlos al máximo. Hoy es el primer día del resto de mi vida. Soy un tópico ambulante. Tengo que ir al médico a que me vea la pierna. Tengo algo, un bulto. He vuelto a llamar al dentista. Lo voy dejando. Si no dejara las cosas de un día para otro, sería más feliz. Me paso el día sin mover este culo de foca”.

2 comentarios:

  1. muy bueno Ce!! me encanto!!
    Agus

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  2. Felicidades Cecilia. Qué paciencia la tuya ponerte a contar de a cien. O tienes mucho tiempo. Me gustó el de la embarazada. Si es la de la foto, qué terrible. A punto de reventar. Hay que perdonarle que se le haya caído el papelito.

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